El cóctel ya llegaba preparado. ¿La base? Hacía falta una telaraña ferroviaria que interconectase València ciudad con su zona metropolitana. ¿Los modificadores? Ya existían tramos aislados o voluntariosas iniciativas, una angostura necesaria. ¿Dilución? Hielo no, pero sí la laboriosa construcción del metro subterráneo en el ‘cap i casal’. Como aromático, la promesa de inmediatez. Los medios se apresuraron por echar las campanas al vuelo, o a las vías.
Así, durante 1986, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones fue lanzando al ruedo mediático que el primer metro (transporte metropolitano) valenciano podría inaugurarse entre el segundo semestre de ese año y los primeros meses del siguiente. Una línea que, horadando las avenidas de Pío XII, Fernando el Católico más Ramón y Cajal, aparte de la plaza de España y las calles San Vicente, Roig de Corella, Jaime Beltrán y Campos Crespo, uniría con el cinturón metropolitano.
Necesidad populosa
Estaba previsto, de entrada, que el metro valenciano conectase con los ferrocarriles suburbanos de Llíria y Bétera (Camp de Túria, o sea, la segunda corona del área metropolitana del ‘cap i casal’) y la línea de Torrent (l’Horta Sud o l’Horta-Albufera) y Alberic (Ribera Alta). La idea de abrazar más aún el área metropolitana valenciana quedaba bien clara con los distintos ‘flashes’ publicados por la época.
No dejaba, por otra parte, de constituir una necesidad para una zona que en sus 62.890 hectáreas (628,9 kilómetros cuadrados), sobre un basamento de 44 municipios, sin incluir la ciudad capitalina, contaba con 1.635.239 habitantes censados en 2024, diseminados a razón, como media, de 2.617 personas por kilómetro cuadrado. Necesitadas la mayoría de transporte intermetropolitano.
Se preveía conectar el metro valenciano con los ferrocarriles suburbanos
Primeros tramos
¿Qué hubo desde entonces? Bastante, pero para nada estructurado. Hacia finales del siglo XIX, cuando ya estaba construida la base ferroviaria, cuya chispa había prendido el 31 de enero de 1851, al constituirse la Sociedad del Ferrocarril del Grao de València a Xàtiva, aún no existía ni en bosquejo cualquier atisbo de un plan general del trazado viario. Y eso que habían empezado pronto: el 25 de febrero del año fundacional.
La inauguración del tramo Grao de València a València tocaba el 21 de marzo de 1852. A partir de ahí, iba a ir creciendo por toda la Comunitat Valenciana un deslavazado entramado ferroviario, tanto en vía ancha (con separación entre rieles de más de 1.435 milímetros, o sea, la medida estándar) como estrecha (o de trocha angosta; en España, generalmente de 1.668 milímetros).
Comenzaba la Sociedad del Ferrocarril del Grao de València a Xàtiva
Familias de postín
Hubo empresarios mil, hasta participó, como inversora o banquera, la familia Rothschild, que tantas horas de televisión e Internet ha regalado a los conspiranoicos, pero no dejaban de ser proyectos más o menos aislados que solo por realidad física se cruzaban a veces. Cada empresa estaba a lo suyo, que era explotar económicamente la línea propia. No en unir capital y área metropolitana, y a ambos con los puertos comerciales de Port de Sagunt, València y Gandía.
Y no digamos ya con el aeropuerto de Manises, que, iniciadas sus obras en 1929, iba a ser declarado aduanero el 8 de septiembre de 1934. A principios de los años setenta del siglo pasado, las líneas ferroviarias en la Comunitat iban un poco por su cuenta. En vía estrecha, para el área que nos interesa, teníamos por ejemplo la de Silla (l’Horta Sud) a Cullera (Ribera Baixa), inaugurada el 19 de agosto de 1878.
Nacido en 1988, hubo un ‘trenet’ exclusivamente valenciano
Por vías anchas
También la de València con Llíria, cuyo tramo entre la capital y Paterna (l’Horta Nord) se ponía en marcha el 6 de junio de 1988, y de aquí a la estación término el 18 de julio del mismo año. O la ya comentada con Bétera, del 13 de agosto de 1891. Y València-Rafelbunyol (l’Horta Nord), desde el 18 de noviembre de 1893.
O la Villanueva de Castellón (Ribera Alta), que con parada en Torrent desde el 27 de enero de 1894 no se ultimó hasta 1915. Por vía ancha, la línea València-Almansa, inaugurado el primer tramo el 21 de marzo de 1852 y finiquitada, entonces, el 19 de noviembre de 1859, cruzaba parte del área metropolitana. Así como la del ‘cap i casal’ con Llíria (10 de octubre de 1890), que paraba en Manises (l’Horta Sud).
Antiguos ‘trenets’
Dentro de estas líneas de vía ancha, también existía construida entre Silla a Gandía, iniciada el 24 de mayo de 1935 pero finalizada el 23 de enero de nada menos que 1972. Se soñó con traer el ‘trenet’ alicantino, que debía recorrerse todo el litoral de la hoy Comunitat y se quedó en el tramo de Alicante a Dénia, el 11 de julio de 1915, aunque llegaría a Gandía hasta 1969 y Carcaixent hasta 1974.
Pero tuvimos otro ‘trenet’ exclusivamente valenciano, que echaría a humear desde 1888. Aquellos ‘trenets’ o trenecitos, gracias a dos redes con sus respectivas estaciones terminales, quedarían desmantelados en parte durante el pasado siglo. En realidad, buena parte de su infraestructura iba a transformarse en la actual MetroValencia, 164,275 kilómetros, 29,553 subterráneos, para 148 estaciones y paradas. Pero esto ya es otro pitar.